La vara de Aarón

La vara de Aarón.

En razón de la rebelión de Coré (Núm. 16) se hizo necesario establecer la posición oficial y divina de la tribu de Leví, quedando Aarón dentro de esa tribu así como los sacerdotes elegidos por Dios. Dios mandó que cada jefe de tribu escribiera su nombre sobre una vara, las cuales fueron depositadas en el tabernáculo. A la mañana siguiente la vara de Aarón «había reverdecido, y echado flores, y arrojado renuevos, y producido almendras». Esa fue la señal de que él, precisamente él, era el sacerdote elegido por Dios.

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Aarón: Padre del Sacerdocio

Aarón: Padre del Sacerdocio

Aarón. «maestro o excelso»

Personaje Bíblico
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Referencias en General

Exo 4:15; 5:20; 6:20; 7:1, 7, 12; 12:1; 16:34; 17:12; 19:24; 24:14; 28:12; 30:10; 32:2; Lev 10:6; Núm 12:1; 16.11; 17:3; 20:25, 28.

Hermano de Moisés, Éxo 4:14.

Junto con Hur apoyaban a Moisés para cuidar sus manos levantadas y para ganar la batalla Exo 17:12.

Hijo de Amram y Jocabed, de la tribú de Leví Exo 6:20, alrededor de 1597 a.C.

Tuvo una hermana mayor, Míriam (unas versiones lo traducen com María), y un hermano tres años más joven, Moisés Exo 7:7. María y Aarón causaron el pueblo de murmurar en contra de Moisés Éxo 5:20-21; 16:2-10; Núm 14:2-5, 10; 16:3-11, 41; 20:2; Sal 106:16

Se casó con Elisabet, hija de Aminadab, y tuvo cuatro hijos: Nadab, Abiú, Eleazar, e Itamar Éxo 6:23, 25; 24:9-10; 1Cr 6:3; 24:1-2. De estos, Nadab y Abiú fueron consumidos por el fuego del altar por ofrecer fuego extraño Lev. 10:1. «Su devoción a la adoración pura pronto se vio puesta a prueba cuando murieron sus hijos Nadab y Abihú, a quienes Dios ejecutó por haber profanado el sacerdocio. El registro dice: ‘Y Aarón guardó silencio.’ Cuando a él y a sus otros dos hijos se les mandó que no se lamentaran por la muerte de los transgresores, ‘hicieron conforme a la palabra de Moisés.’ (Lev 10:1-11.)» – Perspicacia.

Fue prohibido de enlutarse para sus dos hijos, Nadab y Abihu, Lev 10.6, 19.
Su descendencia. Éxo 6:23, 25; 1Cr 6:3-15, 50-53; 1Cr 24.

Su relación con Moisés. Cuando Moisés no se decidía a aceptar la misión que Dios estaba dándole, Dios mandó a Aarón al desierto a encontrar a Moisés Éxo 4:14-16, 27-31; 7:1-2, ios encomió a Aarón por su elocuencia Éxo 4:13-16, para ser el vocero o portavoz de Moisés. La Biblia habla de «Dios hablando a Aaron» o «a Aarón y Moisés» Exo 12:1; Lev 10:8; 11:1; 13:1; 15:1; Núm 2:1; 4:1, 17; 18:1; 19:1; 20:12. Después de enfrentar al Faraón con el mensaje de Dios (Éxo 5:1-5), Aarón ejerció su función como portavoz, hablándoles a los ancianos de Israel (Éxo 4:27-31) y ejecutando señales milagrosas (Éxo 7:8-12) como prueba del origen divino de sus mensajes. Fue mandado a aparecer delante de Dios en Sinaí con Nadab, Abihu, y los setenta ancianos Éxo 19:24; 24:1, 9-10. Su función como vocero de Moisés disminuyó durante los cuarenta años en que los israelitas vagaron por el desierto, pues parece ser que Moisés cada vez habló más por sí mismo al pueblo. Éxo 32:26-30; 34:31-34; 35:1, 4. Aarón era solo auxiliar de Moisés, Éxo 4:14-16, 27. Ayudó a levantar sus manos en la batalla en contra de Amalek en Éxo 17:12. Su envidia de Moisés Núm 12:1; Sal 106:16. Es presumido en pegar la roca Núm 20:10-12.

Aarón como «Juez» o «Libertador» de Israel. Éxo 6:13, 26-27; Jos 24:5; 1Sa 12:8; Sal 77:20; 105:26; Miq 6:4.

Juzgó a Israel cuando Moisés no estaba Éxo 24:14.

Aarón tuvo la aprobación de Dios sobre su ministerio. Aaron ejerció un oficio análogo al de profeta Éxo 7:1-2, y hasta exclamaron «El dedo de Dios está aquí» Éxo 7:1-2. La narración bíblica no dice explicitamente que siempre anduviera con Moisés delante de Dios, pero parece ser que sí acompañaba a Moisés constantemente Éxo 8:21; 9:27; 10:3, 8, 16; 11:10; 12:1; Sal 77:20.

Fue el primer sumo sacerdote de Israel. Dios le dio a Aarón deberes sagrados como el representante de Dios delante de la nación por casi 40 años. Este trabajo se transfería a cada generación a través de sus hijos. Exo. 28:1 Ver Sacerdocio de Aarón. Su consecración al sacerdocio Éxo 28 y Lev 8. Su entrada al sacerdocio como sumo sacerdote en Lev 9.

Su sacerdocio. Éxo 28:1; 29:9; Núm 17:1-13; 18:1; Sal 99:6; Heb 5:4.
Su intercesión. Para María Núm 12:11-12. Para parar una plaga Núm 16:46-48.
Linaje de Aarón. Éxo 6:16-20; Josué 21:4, 10; 1Cr 6:2-3; 23:13. Sus descendientes son siempre sacerdotes Éxo 28:40-43; 29:9; Núm 3:3; 18:1; 1Cr 23:13; 2Cr 26:18.
El pecado con el becerro de oro Éxo 32, Hch 7:40; Dt 9:20-21. En el Monte Sinaí, Moisés subió a encontrar a Dios, y Aarón permaneció con el pueblo. Aarón se dejó convencer para tomar el oro del pueblo y crear un becerro de oro para adoración Éxo 32:2-4. El perdón que Moisés suplicó delante de Dios incluyó a Aarón y también al pueblo (Deu. 9:20). Después de este hecho, Aarón fue designado por Dios para ser sumo sacerdote, y todos los demás sumos sacerdotes después de él, debían siempre provenir de su familia. La diferencia entre Moisés en la montaña y Aarón en el valle, es que Moisés se afirmó en los propósitos de Dios, mientras que Aarón se dejó llevar por los pensamientos del pueblo.
Vara que reverdeció. Núm 17:1-13; Heb 9:4. Este evento en su vida es la verificación del llamamiento de Aarón al ministerio que tomó. Esto da de entender que Aarón tuvo la autoridad de Dios en su ministerio.

La Maná en el arca. Éxo 16:34.

Fue excluido de la tierra de promesa Núm 20:12, 23-29.

Murió en el monte Hor Éxo 7:7; Núm 20:28; 33:38-39. Su muerte y sepultura Núm 20:27-20; Dt 10:6; 32:50.

¿Por qué no se castigó a Aarón por haber hecho el becerro de oro? A pesar de su posición privilegiada, Aarón tuvo debilidades. La primera vez que Moisés permaneció cuarenta días en el monte Sinaí, “el pueblo se congregó en torno a Aarón, y le dijeron: ‘Levántate, haznos un dios que vaya delante de nosotros, porque en cuanto a este Moisés, el hombre que nos hizo subir de la tierra de Egipto, ciertamente no sabemos qué le habrá pasado’”. (Éxo 32:1.) Aarón accedió y cooperó con estos rebeldes en la manufactura de la estatua de un becerro de oro. (Éxo 32:2-6.) Más tarde, cuando Moisés le llamó la atención, presentó una excusa muy débil. (Éxo 32:22-24.) Sin embargo, Jehová no le consideró el principal responsable, sino que dijo a Moisés: “Así que ahora déjame, que mi cólera se encienda contra ellos y los extermine”. (Éxo 32:10.) Moisés puso al pueblo ante una disyuntiva al clamar: “¿Quién está de parte de Jehová? ¡A mí!”. (Éxo 32:26.) Todos los hijos de Leví respondieron, y entre estos debió encontrarse Aarón. Ellos mataron a tres mil idólatras, probablemente los principales instigadores de la rebelión. (Éxo 32:28.) No obstante, más tarde Moisés recordó al resto del pueblo que también compartían la culpa. (Éxo 32:30.) Así que Aarón no fue el único que recibió la misericordia de Dios. De sus acciones subsiguientes se desprende que en su corazón no estuvo de acuerdo con el movimiento idolátrico, sino que cedió a la presión de los rebeldes. (Éxo 32:35.) Jehová mostró que le había perdonado al mantener en vigor su nombramiento de sumo sacerdote. (Éxo 40:12, 13.)

Después de haber sido un leal apoyador de su hermano menor en muchas experiencias difíciles y cuando hacía poco que Moisés lo había instalado como sumo sacerdote y representante de Dios, se unió insensatamente a su hermana Miriam al criticar a Moisés por haberse casado con una cusita y en desafiar la singular relación y posición de Moisés con Jehová Dios, al decir: “¿Es simplemente por Moisés solo por quien Jehová ha hablado? ¿No ha hablado también por nosotros?”. (Núm 12:1, 2.) Jehová intervino rápidamente, puso a los tres ante Él enfrente de la tienda de reunión, y reprendió con severidad a Aarón y a Miriam por haber mostrado falta de respeto a Su nombramiento. El hecho de que solo se hiriese de lepra a Míriam puede indicar que ella fue la instigadora de la acción y que Aarón, de nuevo por debilidad, se unió a ella. Por otra parte, si a Aarón se le hubiese herido de lepra igual que a Míriam, su nombramiento como sumo sacerdote habría quedado sin efecto, tal y como decretaba la ley de Dios. (Lev 21:21-23.) Él no solo demostró su buena actitud de corazón al confesar de inmediato su falta y disculparse por la insensatez cometida, sino que además suplicó fervientemente a Moisés que intercediera a favor de Miriam para que Dios la sanase. (Núm 12:10-13.)

Aarón compartió de nuevo la responsabilidad de un mal, esta vez con Moisés, cuando no santificó ni honró a Jehová Dios delante de la congregación en el incidente relacionado con la obtención de agua del peñasco de Meribá, en Qadés. Por esta acción, Dios decretó que ninguno de los dos tendría el privilegio de introducir a la nación en la Tierra Prometida. (Núm 20:9-13.)

El primer día del mes de Ab del año cuadragésimo del éxodo, la nación de Israel estaba acampada en la frontera de Edom enfrente del monte Hor. El pueblo iba a cruzar el Jordán al cabo de unos meses, pero no Aarón, quien ya tenía ciento veintitrés años de edad. Por orden de Jehová, y mientras todo el campamento observaba, él, su hijo Eleazar y Moisés subieron a la cumbre del monte Hor. Allí dejó que su hermano le quitara las prendas de vestir sacerdotales y se las colocara a Eleazar, su hijo y sucesor del sumo sacerdocio. Entonces Aarón murió, y probablemente allí mismo lo enterraron Moisés y Eleazar. Durante treinta días Israel lamentó su muerte. (Núm 20:24-29.)

Debe notarse que en ninguna de las tres ocasiones se presenta a Aarón como el promotor de malas acciones, más bien parece que permitió que la presión de las circunstancias o la influencia de otras personas lo desviaran de la rectitud. Particularmente en su primera transgresión, pasó por alto el principio implícito en el mandato: “No debes seguir tras la muchedumbre para fines malos”. (Éxo 23:2.) No obstante, en el resto de las Escrituras su nombre recibe mención honorífica, y el propio Hijo de Dios reconoció la legitimidad del sacerdocio aarónico. (Sal 115:10, 12; 118:3; 133:1, 2; 135:19) — Perspicacia —

La rebellión de Aaron y Míriam. Aarón y María hablaron en contra de Moisés, a quien Dios había escogido como gobernante de Israel por pacto Exo 34:27. A Moisés se le otorgó la distinción de poder hablar boca a boca con Dios. Se inconformaron por la esposa de Moisés (la cual era Etiope), y Dios juzgó a los dos Núm 12. Aarón también pecó en las aguas de Meriba, y le fue prohibido de entrar en la tierra de la promesa Núm 20:10-29. Aarón es un tipo de Jesucristo, es el sacerdote que intercede por su pueblo.

La rebelión de Coré. Durante su estancia en el desierto, Coré con un grupo de 250 y los rubenitas Datán, Abiram y On, se rebelaron en contra del liderazgo de Aarón, y fueron consumidos por fuego del infierno, la tierra se partió bajo los pies de los rebeldes, tragándoles vivos al Seol. En otra ocasión Aarón ofreció incienso para parar una plaga de Dios. La murmuración de Aarón y María en contra de Moisés fue tratada duramente por Dios (Núm. 12). Aarón también pecó con Moisés en la peña de Meriba Núm. 20:10), y su muerte parece ocurrió casi inmediatamente (Núm. 20:28).

La intercesión de Aaron. El trabajo de sacerdote era interceder por el pueblo delante de Dios. Por ejemplo, la congregación se enfadó con Moisés y Aaron en el desierto y Dios les juzgó con una plaga. Aaron demostró gran fe y valor al salir entre el castigo de Dios cayendo sobre ellos y llevó el braserillo para abogar para la expiación del pecado del pueblo «y se puso entre los muertos y los vivos» hasta que cesó la mortandad Núm. 16:46-50.

El bastón de Aaron (la vara) que floreció tuvo más que ver con toda su tribu, que con la persona de Aarón como escogido de Dios Núm 17:1-4, 8. Este evento demostró la divina aprobación sobre el tribú de Leví. Esta vara se guardaba en el arca del tabernáculo como evidencia de la comisión divina a los Levitas. Fue también un recordatorio de la rebelión del pueblo al aceptar lo que Dios había dado y mandado. Ver Núm 17:10; Heb 9:4; 2Cr 5:10; 1Re 8:9.

Murió Aarón en el año 1474 a.C. a la edad de ciento veintitrés años Núm 33:39; Deu 10:6; 32:50-51.
[H175 y G2] Citas: 334 versículos, 352 veces de Éxodo en adelante. NT: Luc. 1:5; Hch. 7:40; Heb. 5:4; 7:11; 9:4. Hebreo – [aharon H175].
Bibliografía: Thompson Chain Aarón: Padre del Sacerdocio

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Ab

Ab.

1. Ab significa «padre», y es usado en composición en muchos nombres en hebreo, Abner – padre de luz, Absalón – padre de paz, etc.

2. Es el quinto mes en el calendario sagrado, y es el onceavo mes del año civil, julio-agosto en nuestro calendario. Es un mes triste porque en su primer día, observan un ayudo por la muerte de Aarón Núm. 33:38. En el día noveno, hay otro ayuno en memoria de los decretos divinos que excluyeron los que salieron de Egipto, y otro para la destrucción del primer y segundo templo. También hay un recuerdo del destierro a Babilonia. Se cortan los juncos en este mes. Ve Calendario Hebreo, meses, y especialmente la sección de Ab.

En el mes de Ab, un mes de calor veraniego, empezaba la cosecha de la uva en Israel. (Véase CALENDARIO.)

Aarón murió en el monte Hor el primer día de Ab. (Nú 33:38.) Mientras que 2 Reyes 25:8 dice que fue en el día séptimo de este mes cuando Nebuzaradán, el siervo del rey de Babilonia, “llegó a Jerusalén”, Jeremías 52:12 afirma que Nebuzaradán “entró en Jerusalén” el día diez de este mes. Sobre este asunto la obra Soncino Books of the Bible comenta que “el intervalo de tres días tal vez se deba a la diferencia entre la llegada de Nebuzaradán al lugar y el comienzo de las operaciones” (edición de A. Cohen, Londres, 1949). De modo que es probable que Nebuzaradán llegara a Jerusalén el día séptimo, inspeccionara la ciudad extramuros, diera instrucciones para la demolición de las fortificaciones y el saqueo de los tesoros, y luego, el día diez del mes, entrara en la ciudad y su santo templo. Según Josefo (La Guerra de los Judíos, libro VI, cap. IV, secs. 5, 8), los romanos incendiaron el templo de Herodes el día diez del mes quinto (70 E.C.), y luego puntualiza que fue precisamente el mismo día y el mismo mes que los babilonios incendiaron el primer templo.




Durante los siguientes setenta años de exilio en Babilonia, este quinto mes fue un tiempo de ayunos y lamentaciones en memoria de la destrucción del templo de Jerusalén. (Zac 7:3, 5; 8:19.) Fue también en el mes de Ab cuando Esdras regresó a Jerusalén, ya reedificada, para instruir a los judíos en la Ley de Jehová. (Esd 7:8, 9, 25.) — Perspicacia

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Abagta: «dispensador de fortuna»

Abagta [H5, Abagta]. «dispensador de fortuna»

Nombre de uno de siete funcionarios en la corte de rey Asuero (Est 1:10), de origen persa. El historiador griego Esquilo menciona un cierto Abagta entre los siervos de Jerjes I que perecieron con él en la batalla de Salamina.

Dice el Diccionario Fausset…

«es parecido el nombre a Bigthan (Est 1:10; 2:21). En Sanskrit, es Bagadata, ‘dado por fortuna’, y baga o el sol. La adoración al sol era común en Persia.»
El Diccionario Smith… «Dado por Dios»

Abagta



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Pink – Adoración Aceptable

Por Arturo Pink

Heb 12:28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos (adoramos) a Dios agradándole con temor y reverencia;

No hay exhortación en esta Epístola es más necesaria por nuestra generación que esta. Esta requisito mandado «con temor y reverencia» reprocha la «adoración» irreverente de nuestro día. ¡Qué ligereza inmunda y familiaridad impía marca la religión presente del cristianismo: muchos hablan al Gran Deidad como si fueren su igual, y se conducen con mucho menos formal que demostrarían en la presencia de un rey terrenal. La falta de doblarse la cabeza en oración silenciosa cuando tomamos nuestro lugar en la congregación, o el vulgar viendo por todos lados, hablando y charlando, siempre listos para reírse o sonreírse a cualquier cosa que le parece extraño– todos estos son evidencias de esta creciendo maldad. Sal 89:7 Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.

La palabra griega para «reverencia» en casos extraordinarios es de tener vergüenza, de «confusión de cara» o de apenarse en una forma (Esdras 9:6; Dan 9:7); sin embargo, la esencia de esto debe siempre acompañarnos en la adoración a Dios.

«Temor piadoso» es un maravilla piadosa en el alma cuando está participando en obligaciones sagradas, y esto tiene que ver con tener en mente el gran peligro de hacer equivocaciones en la adoración a Dios, y Su severidad en contra de tales ofensas graves. Dios no permitirá que se burla o se mofa de Él. Un alma serio entonces es conmovido a vigilar y ser diligente para no provocar tan gran, tan santo, tan celoso Dios —  por la negligencia de faltar esta reverencia y piadoso temor que requiere en Su servicio, y que Dios merece por el valor de Sus gloriosas perfecciones. Si el serafín se cubren sus caras antes de Él (Isa. 6:2), ¡Qué tanto más debemos nosotros!




Heb 12:29 porque nuestro Dios es fuego consumidor. Esta es la razón porque tenemos que servir a Dios con reverencia y temor. Las palabras son tomadas de Deu 4:24 donde son usadas para detener a Israel de su idolatría, porque esto es un pecado que Dios no va a tolerar. La misma descripción de Dios es aquí aplicada por el Apóstol a los que falta la gracia de adorarle con humildad y asombro que Él exige de nosotros. Si son sin la gracia en nuestras personas, y carecemos de reverencia en nuestra adoración– Dios va a tratar con nosotros según esto. Como un fuego que consume la materia echada a ello, así nuestro Dios destruye a los pecadores. El título, ‘nuestro Dios’ indica una relación del pacto — aunque cristianos son firmemente asegurados de su interés en su Pacto Eterno, Dios les exige de reconocer Su majestad y terror, 2Cor 5:10-11.

Las gemelas gracias de amor y temor, de temor y amor, deben ser los dos activos en el creyente, y es en preservar la balanza entre ellos que su salud espiritual consiste. Entonces aquí. Observa la notable conjunción, «nuestro Dios» en relación del pacto, nuestro Padre, y aun «un fuego consumidor», para tener miedo de él! Primeramente es para detener la desesperación de considerar la pureza divina y su justicia inflexible; y luego es para checar una irreverencia presumido que puede ocurrir por contemplar Su gracia y amor a nosotros puede generar.

Entonces la exhortación principal «tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios» es exhortado por dos diferentes motivos: porque hemos recibido a un reino, y porque Dios es un fuego consumidor. La razón carnal puede indagar, si hemos recibido a un reino que no se puede ser movido– ¿Por qué tener miedo? Pero si Dios es tal fuego consumidor — ¿Cómo podemos pensar que recibiremos tal reino porque somos tan pobres? Pero los que son enseñados por el Espíritu no tienen dificultad en percibir porque el Apóstol juntó las dos cosas.

El interés del cristiano en Su favor no es razón por desechar un solemne temor de Dios. Aunque Dios ha aplacado su ira en contra de él, Dios no ha desechado Su majestad y soberanearía sobre él. «Aun los que se paran lo más alto en el amor y favor de Dios, y tienen la aseguranza más completa, y de tener lo más profundo interés en Dios como su Dios, deben temerle como un Dios que vengar el pecado y es un fuego consumidor (Ezekiel Hopkins 1680). Aunque Dios ha tomado Su redimido en una relación íntima con Él, sin embargo, Dios requiere que siempre mantienen una apreciación de la majestad de Su persona, de la santidad de Su naturaleza, de la severidad de Su justicia, y del ardiente celos de Su adoración. Si verdaderamente venimos bajo la culpabilidad de este pecado de irreverencia, nuestras mentes serán afectados a piadoso temor. La gracia del temor es en ninguna forma en conflicto con, o es un impedimento al espíritu de adopción, santo denuedo, o el regocijar piadoso. Ve Sal 2:11; Mat 28:8; Fili 2:12.

Heb 12:28 Tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia. Porque sin ello, no vamos a tener ni reverencia ni temor. Sin la ayuda y unción divina, no podemos servir a Dios para nada, porque no recibe tal adoración que es ofrecido por personas sin gratitud. Sin gratitud en operación actual, no podemos servir a Dios correctamente, porque es es por el ejercicio de fe y temor, amor y reverencia, que la mera vida y alma de adoración espiritual consiste. ¡Qué tanto necesitamos aumentar la «gratitud» divina (2Cor 9:8; 12:9), y de guardarla operativa en todas las obligaciones de la adoración de Dios; que en vista de su tenebrosa ira, tenemos un miedo de hacer o ser desagradables a Él; en la vista de su majestad, nuestros corazones son humildes, y en vista de su amor, buscamos a honarle, agradarle, y adorarle. Isa 8:13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. Mat 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

traducido junio 28, 2011 por Pastor David Cox

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Witmer – Ley de Moisés y de Cristo


En la Biblia hallamos dos leyes, mejor conocidas como los dos testamentos. Sus reglas son distintas; por tanto es imposible guardar las dos. Pero esto no las hace contradecirse, pues el mismo Dios es autor de ambas. Antes bien, fueron escritas para dos épocas distintas. La ley antigua sirvió bien para su época particular; la nueva sirve bien ahora. Consideremos las dos en más detalle.

Desde el monte Sinai Dios entregó una ley al pueblo de Israel y mandó a Moisés a escribida. Por eso esa ley llegó a conocerse como la ley de Moisés. El Nuevo Testamento a veces se refiere a ella como “la ley”, mientras se refiere al nuevo orden que Cristo instituyó como “la gracia”.

Bajo aquella ley antigua Dios declaró principios morales. También instituyó un orden civil y religioso que ayudó al pueblo a guardados. Aquella ley con sus ceremonias religiosas señalaba en figuras hacia Cristo.

Si alguno no obedecía la ley de Moisés, tenía que morir.
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