Torrey, R.A. – El Uso de Folletos

El Uso de Folletos
Por R. A. Torrey

CONTENIDO

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Reuben Archer Torrey fue nacido en enero 28, 1856 en Hoboken, New Jersey.

Una de sus frases favoritas era, «Amo predicar el evangelio de Jesucristo.»

A la edad de treinta y tres años, fue escogido por D.L. Moody para ser el primer supervisor de la Sociedad de Evangelización de Chicago (luego se cambió su nombre a Instituto de la Biblia de Moody), y guió el Instituto desde su fundación en septiembre 26, 1889, hasta 1908.

Tomó un viaje sobre todo el mundo para evangelizar viendo 102,000 personas salvas.

Desde 1912 hasta 1924 sirvió como decano del Instituto de la Biblia de los Ángeles (ahora llamado BIOLA). También ayudó a organizar y servir como el primer pastor de la Iglesia de la Puerta Abierta (1915- 1924).

No recibió ningún salario, y se sostuvo con ofrendas voluntarias. Luego comentó:

De oír sobre cómo George Muller de Inglaterra dependía sobre la respuesta de oración para alimentar a los huérfanos tanto para su propio ingreso, Torrey de inmediato rehusó un salario fijo. «Hace un tiempo (1888), llegué al lugar donde me apareció mi obligación de entregar mi salario y trabajar para Dios entre los pobres… Desde este día adelante, cada bocado vino directamente de mi Padre Celestial, y ni una comida sobre nuestras mesas… ni un abrigo sobre mi espalda… ni una falda para mi esposa, ni ropa para nuestro cuatro hijos, que no eran respuestas a la oración. Todo lo que recibimos era de Dios. Nunca he sido tan tranquilo en mi vida.»

Reuben A. Torrey escribió unos cuarenta libros. Su primer libro era Cómo Lleva a Hombres a Cristo (1893). Su ultimo libro era Lecturas sobre la Primera Epístola de Juan, publicado en 1929 después de su muerte. Su libro Cómo Promover y Conducir un Exitoso Avivamiento (1901) es considerado uno de los mejores libros sobre el evangelismo personal y masivo que ha sido escrito.

Esta traducción es hecho por Pastor David Cox, en agosto 24, 2011. Todos los derechos reservados.

Introducción.

Realmente pocos cristianos se dan cuenta de la importancia de trabajar con folletos. Yo había sido un cristiano por muchos años, y un ministro del evangelio por unos años, antes que me entró que los folletos son de muchísimo valor en la obra cristiana. Yo he crecido con la idea que folletos son basura, y entonces no tomé el tiempo de leerlos, y mucho menos de circularlos, pero encontré que era enteramente equivocado. La obra de folletos tiene unas grandes ventajas sobre otras formas de trabajo cristiano.

Importancia y Ventajas

Cualquier persona puede hacerlo.

No todos podemos predicar; no todos podemos conducir cultos; pero todos podemos seleccionar folletos útiles y repartirlos a otros. Claro que unos de nosotros podemos hacerlo mejor que otros. Aun un ciego o un tartamudo pueden hacer este trabajo con folletos. Es una línea de trabajo en que cada hombre, mujer, e hijo puede hacer.

Un folleto siempre se queda al punto.

Ojalá que cada obrero lo hiciera, pero frecuentemente vamos a hablar con alguien, y el diablo es tan inteligente de causarnos de vagar a un punto sin importancia.

Un folleto nunca se explota en emoción.

Tal vez tú haces esto a veces. He conocido a obreros cristianos, aun obreros con mucha experiencia, quienes a veces se agitan en la plática, pero no se puede enojar a un folleto. Siempre se queda calmado y tranquilo.

Frecuentemente la gente que son demasiado soberbios que no dejan nadie de hablarles, estos leerán a un folleto cuando nadie se entera.

Hay muchos quienes te repudian en absoluto con un “no quiero hablarte” si tratas de hablarles sobre sus almas, pero si dejas un folleto sobre una mesa, o en otro lugar donde se cruce con tal tipo, puede leerlo y llegar a ser salvo.

Un folleto puede quedarse con la persona.

Cuando hablas con alguien, y luego se va, pero el folleto puede quedarse con él en su bolsillo. Hace unos años un hombre vino a ministerio de ayuda en Nueva York. Uno de los obreros trató de hablarle pero no quiso oír. En salirse, alguien le dio un folleto, que dijo, “Si yo muriera hoy, iría a ________. Por favor, llénalo y fírmalo.” Lo puso en su bolsillo, y se fue a una nave porque era marinero. Llegando, lo puso en su cama. El buque zarpó para Liverpool. En camino, se accidentó, y le mandaron a su cama. Por días vio esta tarjeta sobre su cama, día y noche. Finalmente, dijo, “Si yo muero hoy, iría al infierno, pero no quiero ir allí, sino al cielo. Voy a tomar a Cristo ahora.” Llegó a Liverpool, y luego regresó a Nueva York, donde se bajó del buque y se fue a la misión y relató su historia, y tuvo la tarjeta-folleto, y lo llenó y firmó. El hombre se había olvidado toda la conversación que tuvo con ellos antes de salir en el viaje, pero el folleto se quedó con él.

Folletos guían a muchos a recibir a Cristo.

El autor de un folleto (¿Qué es de creer en el Señor Jesucristo?) antes que murió recibió más que mil seis cientos cartas de personas confiando en Cristo por leerlo.

Propósitos para el uso de un folleto

Para la conversión de los inconversos.

Frecuentemente un folleto logrará el ganar a alguien a Cristo cuando un sermón o una conversación cara a cara han fallado. Hay muchos que si tratas de hablarles, no te dejarán; pero si pones un folleto en su mano y pides a Dios de bendecirlo, lo recibirá, y cuando están a solas, lo leerá y Dios abrirá su corazón por el poder del Espíritu Santo. Uno de nuestros estudiantes me escribió en gran gozo de cómo ha logrado a ganar una familia entera para Cristo. Ha trabajado con esta familia por mucho tiempo, y no pudo lograr nada con ellos. Un día, les dejó un folleto, y Dios usó este folleto a convertir a cuatro de los cinco miembros de la familia. Un estudiante tuvo un estudio en un hogar, y por equivocación dejó su Biblia allí. La Biblia tuvo un folleto. Cuando ha salido el joven, el ama de casa vio la Biblia, la abrió, y vio el folleto y se sentó a leerlo. El Espíritu de Dios le llevó el mensaje a su corazón, y cuando el joven regresó para su Biblia, ella le dijo que quiso encontrar al Señor Jesucristo. El folleto ha hecho lo que él no pudo hacer personalmente. Una vez recibí una carta de un hombre diciendo, “Hay un hombre por acá quien he tratado de alcanzar pero no pude. Un día le regalé un folleto, y creo que era el instrumento de Dios para ganar toda su familia.

Para guiar a los cristianos a una más profunda y dedicada vida cristiana.

Una vez alguien me envió a un pequeño folleto sobre la Segunda Venida de Cristo, que cambió toda mi vida. No creo que todo en el folleto era totalmente correcto doctrinalmente hablando, pero tuvo una verdad importante en ello, y me cambió.

Hay una clase especial de personas para quien esta forma de ministerio es particularmente útil, los que viven donde no tienen otras formas de ventajas espirituales. Tal vez alguien que tiene una vida de derrota, y deseas que esta persona sabe que es realmente la vida cristiana. Su pastor tal vez no es un hombre espiritual, o tal vez no sabe bien las profundidades de las cosas de Dios. Es lo más fácil de poner un folleto en un sobre y ayudarle a abrir sus ojos.

Para corregir error.

Esto es algo muy necesario en el día en que vivimos. El ambiente está lleno de error. En nuestro trabajo personal, no siempre tenemos tiempo para delinear con detalles todo para aclarar los errores, pero frecuentemente podemos regalarle un folleto que puede hacer el trabajo mejor que nosotros. Si tratarías de guiarle de su error por discutir, tal vez llega a argumentos infructuosos, pero con un folleto los temperamentos no se calienten tan fácilmente. El que anda en error no puede discutir con el folleto. Por ejemplo, toma las personas que está en error sobre en que día adoramos a Dios. Puede tomar mucho tiempo para convencer tales personas, pero un folleto sobre el tema puede ser usado por Dios para guiar a muchos del legalismo a la gloriosa libertad del evangelio de Cristo.

Para poner cristianos a trabajar.

Nuestras iglesias son llenas de miembros quienes hacen nada. Pero un buen folleto puede ponerles a trabajar. Sé de un joven quien trabajaba en una fábrica en Massachusetts. Era normal, un tipo no muy educado, pero alguien le dio un folleto sobre el testificar. Lo leyó, y leyó de nuevo, y dijo, “No estoy haciendo lo que debo por Cristo.” Empezó a trabajar con sus compañeros de trabajo, invitándoles a venir a la iglesia con él, y de escuchar a los sermones. No satisfecho con esto, empezó a testificarles. Todavía no era suficiente, y entonces, empezó a tener cultos él mismo para ganarles a Cristo. Al final, trajo una campaña de evangelización a su pueblo. Este joven solo era responsable para todo esto, y todo empezó con él leyendo a un folleto. También fue instrumental en organizar una sociedad para animar los muertos e inactivos cristianos por su área, y enviarles a trabajar para el Señor Jesucristo.

¿Quién debe usar folletos?

Ministros del Evangelio deben usarlos.

Muchos ministros hacen constante uso de ellos en sus labores pastorales, dejando selectos folletos donde hacen sus visitas pastorales, y regalando folletos que van con los pensamientos de sus sermones. Es dicho del reverendo Edward Judson de Nueva York, que casi no hace una visita sin tener varios folletos selectos en su bolsa que son para cada grupo de la familia, hasta unos para los niños. “Al final de un culto vespertino, frecuentemente pide a un hermano de tomar el cierre del servicio, mientras que él va entre la congregación para regalar un folleto selecto, a la vez para saludarles. En esta forma tiene un encuentro personal con cada uno de su congregación, y puede dar un cordial bienvenido a los que les visitan, y dejarles un mensaje de Dios en su mano. A lo menos una vez al año, selecciona un folleto que tiene una muy buena presentación del evangelio. Sobre esto imprime el horario de los cultos, y usando su iglesia como punto céntrico, pone este folleto a cada casa adentro de una distancia de su iglesia, ni modo que condición o iglesia pertenecen. A veces ha usado 10,000 folletos en una distribución, y lo ha visto buenos frutos.”

Maestros del Escuela Dominical.

Cada maestro de Escuela Dominical debe siempre estar pendiente sobre buenos folletos para sus alumnos. En esta manera, se puede aumentar su impacto sobre las vidas de sus estudiantes, mucho más que es posible en una hora en un domingo.

Hombres viajando en su trabajo.

Hombres que tienen que viajar por razones de su trabajo tienen una oportunidad rara de hacer un excelente trabajo con folletos. Son constantemente teniendo contacto con diferentes personas, y a veces conociendo unos de ellos y sus necesidades. Un cristiano astuto puede llevar una buena selección de folletos, y puede lograr una tremenda obra y bien.

Hombres de Negocio.

Hombres de negocio pueden usar folletos para buena ventaja con sus socios y conocidos. Pueden hacer un excelente trabajo con sus propios empleados. Muchos hombres de negocio insertan un folleto en cartas que mandan a otros en el transcurso de su negocio, y logran un eficaz ministerio para su Maestro.

Maestros de la Escuela.

Es muy difícil para maestros de escuela en unos pueblos y ciudades a hablar mucho con sus estudiantes sobre las cosas de Dios. Frecuentemente las reglas de La Mesa directiva prohíben esto enteramente, pero un sabio maestro puede aprender sobre sus estudiantes y sus hogares, y pueden darles folletos adaptados para sus necesidades.

Amas de Casa.

Cada ama de casa debe tener una buena colección de folletos. Puede reglar estos a las personas con quien ella se encuentra en el transcurso de un día. También se puede darlos a los que vienen a visitarla. Solamente en la eternidad nos daremos cuenta de los resultados de todo esto.

Cómo usar folletos.

Para empezar una conversación.

Una de las dificultades en la obra cristiana es dónde empezar. Ves una persona a quien deseas empezar a compartir al Señor Jesucristo. La gran dificultad es donde empezar. Es bastante fácil de hablar después que has empezado una conversación, pero ¿cómo vas a empezar a una conversación natural y sin incomodarte ni a él? Lo más fácil y simple es por empezar con regalarle a un folleto. Después que ha leído el folleto, una conversación sigue naturalmente. Una vez yo andaba en un autobús con muchas personas. Pedí a Dios para una oportunidad para guiar a alguien al Señor. Estaba vigilando para una oportunidad cuando dos jovencitas entraron. Pensé que reconocí a una como la hija de un cristiano conocido. Ella se fue buscando un asiento, y se sentó enfrente de mí, y agachó su cabeza a decir una oración antes que saliera el autobús. Supe que era ella. Saque uno de los folletos de mi repositorio, uno que parecía mejor en su caso, y le regalé, después que yo había orado que Dios lo usara. Empezó a leerlo, y yo empecé a orar. Cuando había terminado de leerlo, le pregunté qué pensó de ello. Empezó a llorar allí, y en unos momentos ella había puesto su fe en el Señor Jesucristo como su Salvador personal. Después ella me dijo, “Gracias por lo que has hecho en ayudarme a encontrar a Cristo.”

Usa a un folleto para cerrar a una conversación.

Como regla, cuando has terminado de hablar con alguien, no le dejas sin dejarle algo para leer cuando llega a su casa fin de día. Si la persona ha aceptado a Cristo, dale algo para ayudarle tener éxito en su vida cristiana. Si la persona no ha aceptado a Cristo, algún otro folleto seleccionado para sus necesidades particulares será mejor.

Usa folletos donde una conversación es imposible.

Por ejemplo, una noche al final de un culto de evangelismo en la calle en Chicago, me fui por un pasillo cuando un hombre me paró y me indicó que su esposa tuvo interés en ser salvo. Estaba llorando, y traté de hablarla, pero su idioma era casi que no entendía nada. Logró a decirme “No hablamos inglés.” No había entendido ni una palabra del sermón, supongo, pero Dios había llevado algo a su corazón. Fueron noruegos, y no pude encontrar nadie que habla este idioma para nada. Pero tuve un folleto en noruego que les regalé. Tiempo según tiempo, he encontrado a personas interesadas, pero que no hablaban mi idioma, y no pudiera comunicarme con ellos excepto por un folleto en su idioma.

Un día como llegué a comer, encontraré a un sueco esperándome, y me dijo que tuvo alguien afuera para hablarme. Me fui con él, y me enfrenté a un noruego, muy rudo. El sueco le encontró borracho en una calle, y le jaló al instituto para que yo hable con él. Todavía era lleno con whisky, y escupió jugo de tabaco sobre mí mientras que traté de hablarle. No hablaba inglés, y tuve que usar el sueco como interpreté. Le explique lo más claro que pude al sueco, y pero no sé que tanto llegó al noruego. Al final puse un folleto en noruego en sus manos, y este folleto pudo hablar perfectamente al hombre.

Frecuentemente una conversación es imposible porque el lugar donde encuentras a personas. Por ejemplo, puedes estar en el autobús, metro, y quieres hablar a alguien, pero ni es sabio de hacerlo, ni es posible, pero puedes orar y dar a la persona un folleto que le ayudaría. Se va bien con nada más hablarle unas palabras, y regalarle un folleto, y pides a Dios de bendecirlo.

Usa folletos para enviar a personas en una gran distancia.

No cuesta tanto para un folleto de viajar. Puedes enviarlos a los fines de la tierra por unos centavos. Especialmente puedes enviarlos a personas que viven donde no hay la predicación del evangelio. Hay miles de personas en diferentes secciones de este país donde no se escucha la predicación del evangelio de un año al otro. Será imposible de enviar un predicador a todos estos, pero puedes enviar a un folleto que hará la predicación para ti.

Sugerencias al uso de folletos.

Siempre tú lees los folletos ti mismo antes de dárselos a otros.

Esto es muy necesario. Folletos pobres abundan hoy, y folletos que contienen mala doctrina también. Están en circulación por los millones, y uno necesita vigilar para que en la distribución de folletos, no haces más maldad que bien. Claro que no podemos leer los folletos en otros idiomas, pero podemos pedir que nos traducen estos, y es sabio de hacerlo. Aparte de folletos que son positivamente mal, hay un gran número que son simplemente sin valor alguno.

Selecciona tu folleto para la persona a quien vas a dar.

¿Qué bien hace dar un folleto a alguien que no necesita tal tema?

Lleva siempre una selección de folletos contigo.

No dije una gran colección, sino unos selectos. Los folletos son sin número, y muchos son sin valor, inútiles. Selecciona los mejores, y arréglalos para diferentes clases de personas con quien encuentras en la calle.

Busca la ayuda de Dios.

Esto es de la más alta importancia. Si hay un lugar donde Dios tiene que darte sabiduría del cielo, es en la selección de folleto, y en su distribución.

Busca la bendición de Dios sobre el folleto después que lo has regalado.

Nunca tiras un folleto, y deja el asunto allí, pero cuando das un folleto, pide a Dios de bendecirlo.

Frecuentemente da folletos con unas palabras y oraciones subrayados.

Los hombres son curiosos, y se van a leer las partes que otros han subrayado. Es frecuentemente bien de tener un folleto en tu oficina. Personas entrarán y lo leerán. Conozco a un hombre quien puso unas palabras sobre su pisapapeles, y cuando muchos entraron a su oficina, lo vieron, e hizo mucha impresión sobre ellos.

Nunca tener vergüenza en distribuir a los folletos.

Muchos reparten folletos como si tuvieron vergüenza de lo que están haciendo. Gente no les gustaría leer algo si tú tienes vergüenza de ello, pero si tienes la actitud de que estás dándoles una bendición, algo que vale la pena a leer, leerán a tu folleto. Es buen decir, “aquí hay un folleto de lo cual me ha bendecido. Me gustaría si puedes leerlo.”

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